Paraúna

BRASIL

En el planeta tierra existen puntos cuyas características energéticas son particulares, así como existen fronteras geográficas, en estos sitios por sus condiciones energéticas, las fronteras entre las dimensiones son más tangibles. Estos puntos son llamados de formas diferentes como por ejemplo vórtices energéticos o magnéticos, puntos de poder, centros sagrados, puntos neutros, etc. Vivimos en una realidad regida por la polaridad, por la dualidad, donde todo tiene un aspecto positivo y otro negativo para existir, no estamos hablando de bueno y malo, de luz y oscuridad, como una fuerza del bien y otra del mal, esto es más bien una construcción religiosa para controlarnos. Nosotros estamos hablando de los opuestos que nos permiten transitar en un nivel de dificultad para crecer y desarrollarnos. En estos puntos energéticos una característica peculiar e importante que se da, es que funcionan como una zona de paz, donde la dualidad o polaridad externa no se manifiesta, esto permite que las personas que entren en contacto con estas zonas, tengan la oportunidad de que su dualidad, polaridad interna se manifieste, esto permite que nos veamos como realmente somos, nos da la gran oportunidad de transformarnos, de cambio, de crecimiento, estos lugares funcionan como potenciadores de nuestros procesos internos que como espejos, nos permiten ver como somos en verdad.

Con historia perdida, viajamos a varios de estos lugares, cumpliendo algunas labores. Entre ellas: conectar estos puntos entres si y trabajar en su reactivacion, ir formando una red energética que colabore al despertar de consciencia de la humanidad, recabar información guardada en estos sitios y conectar con la historia perdida de la humanidad. En muchos de estos puntos se encuentran los retiros de la Hermandad blanca, o puertas de acceso para dichos retiros. Sin embargo, para llegar a estos sitios es necesaria la invitación de los seres que custodian estos retiros. Estos maestros se contactan de diversas formas, desde las más sutiles o hasta mismo físicamente, utilizando emisarios o en casos puntuales ellos mismos se hacen presentes. Incluso podemos recibir la invitación de seres extraterrestres, que conviven con los maestros en dichos retiros donde tienen sus bases. Cabe aclarar, que como patrón mental impuesto en nuestra sociedad, siempre tendemos a ver la realidad fragmentada, donde todo tiene que pertenecer a un lado o a otro, alimentando la mayor ilusión que vive la humanidad, la ilusión de la división, cuando en realidad estamos unidos, somos unidad. Por lo tanto, para esos otros estados de conciencia lo natural es la convivencia respetuosa y amorosa, independientemente de su procedencia.

Dentro de estos retiros de la Hermandad Blanca, existen tres retiros que son los mas importantes de Sudamérica, Paititi, ubicado en la selva amazónica peruana, la Cueva de los Tayos ubicada en la selva ecuatoriana y el retiro ubicado en Brasil, al cual podemos acceder por dos entradas, una ubicada en la Serra do Roncador y la otra en la Serra da Portaria en Paraúna.

La Serra da Portaria esta ubicada cerca de la ciudad de Paraúna, estado de Goiás. Curiosamente el símbolo que representa a Paraúna es el Cáliz, esto debido a una formación recosa natural que tiene esta forma.

La Serra da Portaria tiene una extensión aproximada de 27 kilómetros de quebradas, sierras, zonas de vegetación espesa y pradera. Dependiendo de la época del año, nos podemos encontrar con vegetación verde y abundante en época de lluvias o con un clima seco y árido en época de seca. En este lugar maravilloso hay vestigios contundentes de antiguas civilizaciones que vivieron allí, una larga muralla, cuyas piedras fueron colocadas con determinado equilibrio magnético, asentadas en un extraño mortero compuesto entre otras cosas por concha marina y grasa de ballena. Esto fue descubierto por los análisis de algunos de los tantos investigadores que pasaron por allí, incluso alguno de sus hallazgos fueron publicados en periódicos de la época o revistas de misterio y ciencia. Existe un gran rostro tallado en la piedra, pirámides, galerías internas y salones con inscripciones antiquísimas, algunas de ellas fenicias, pictografías y petroglifos que aún no han sido interpretados.

En nuestras expediciones descubrimos que allí hubo un asentamiento lemuriano, según los guías extraterrestres, la primer civilización que habitó el planeta tierra, (véase El Plan Cosmico, enlace) también descubrimos que hay vestigios atlantes.

La civilización lemuriana alcanzó un nivel evolutivo tan alto, que fue capaz de colaborar a reconectar los tiempos, en un ciclo donde las condiciones energéticas y estelares eran propicias. Como la Confederación de Mundos se perdió el proceso de aprendizaje, que llevó a la primera humanidad a la reconexion, intervino borrando la memoria de dicha civilización, una especie de reseteo para que comenzarán nuevamente el proceso y así poder aprender de él. En esa intervención se cometieron excesos, que generaron un conflicto que llevó a la humanidad a un profundo dolor y rencor, dejando una huella en nuestra evolución que nos marca hasta el día de hoy. Incluso creando una ilusión que nos aleja del conocimiento lemuriano, creando una opresión sobre la raza negra (Lemuria) y la energía femenina.

Las maestras y maestros lemurianos, que alcanzaron un alto nivel evolutivo, percibieron y visualizaron lo que venía y fueron capaces de guardar en forma de esferas de luz y cristales, el conocimiento que les permitió reconectar los tiempos, para que llegado el momento, cuando las condiciones se volvieran a repetirse, la humanidad pudiera acceder a ese conocimiento guardado y colaborar en la reconexion de los tiempos. Ese tiempo a llegado, por eso hemos sido convocados a trabajar en Paraúna, liberando el conocimiento de Lemuria. Para eso a sido necesario trabajar primeramente con el perdón y la liberación de la culpa, sanado el dolor creado en el momento de la intervención. Luego, trabajar la integración de la dualidad, o sea aceptar que somos seres duales, aceptar que esas dos fuerzas viven dentro de nosotros para encontrar el equilibro, y transitar por el camino del medio.

Paraúna es una de las entradas al retiro de la Hermandad Blanca ubicado en Brasil, un lugar donde predomina la energía femenina, un lugar que nos enseña con esa sensibilidad, la sensibilidad de una madre, que nos orienta, nos protege y nos educa de una forma amorosa, entonces las experiencias en este local nos impulsan al crecimiento tranquilo, de forma flexible, fluida, armónica.

Como todo lugar de poder está plagado de misterios, seres extraños que lo transitan, luces que entran y salen, historias asombrosas contadas por sus escasos pobladores. Increíblemente las personas que habitan cerca de estos lugares ven estos hechos de forma natural, es parte de su cotidiano, por lo tanto no le ponen cargas de ningún tipo a estos fenómenos, ya que para ellos es totalmente natural este tipo de apariciones, objetos voladores, luces o "personas" que entran y salen de las sierras. 

En Paraúna hemos vivido varias experiencias de contacto, experiencias multidimensionales, hemos accedido a información allí guardada, hemos conocido personas maravillosas que nos han abierto la puerta de sus casa y de su corazón. Aún nos queda mucho trabajo a realizar ahí, muchos misterios por develar, información que aún falta recabar, encuentros que se tienen que dar, puertas que debemos abrir, recuerdos que aún quedan por liberar, Paraúna siempre nos espera para entregarnos un poco más. Simplemente esperamos su llamado y cuando nos convoca regresamos abiertos a dar y a recibir lo que tiene para darnos. Paraúna nos ha permitido comprender que la mayor experiencia de contacto es con nosotros mismos, en una dimensión individual y colectiva, a partir de este contacto logramos abrir la puerta del corazón, esta nos permitió abrir las puertas entre las dimensiones y como consecuencia el contacto con los guías extraterrestres y maestros de la Hermandad Blanca.

Lo opuesto al amor no es el odio, lo opuesto al amor es el miedo, esta energía nos mantiene desconectados, paralizados, nos aleja de nuestro real ser, nos hace creer que estamos divididos y nos convence que nuestra salvación está en mirar solo para nosotros mismos, sin importar lo que le pasa al ser humano que tenemos al lado. Nos hace creer que el que piensa diferente es un enemigo, cuando en verdad lo que nos permite crecer es ser diferentes, los diferentes puntos de vista nos permiten ver la realidad de una forma más completa. Para eso debemos conectar con el amor que viaja en nosotros, esto nos permite entender que somos unidad, y todo lo que le pasa al "otro" también nos afecta, y es al mismo tiempo, una manifestación de nuestro propio interior. En la unidad está nuestra fortaleza.

Marcelo Silva - 02/2024